Gracias a los vinilos, cambiar el aspecto de una pared es mucho más simple que pintar o empapelar; el efecto que podemos conseguir es original, divertido y personal. La oferta de vinilos es muy amplia, con ellos puedes personalizar paredes, muebles y hasta sustituir muebles.
Tan simple como pegar en una superficie lisa, presionar y retirar la hoja protectora. Y si te equivocas, solo basta con despegar y volver a pegar sin correr el riesgo de estropear la superficie.
Los vinilos permiten decorar ahorrando espacio. Ideales para el recibidor o el dormitorio, estos vinilos reemplazan los siempre útiles percheros de forma muy original.

Para personalizar los interruptores con un toque de estilo, nada mejor que hacerlo con vinilos. Un aburrido y simple interruptor blanco o gris, cobra vida e importancia gracias a los diseños y el color de estos complementos decorativos.

En las cocinas actuales cada vez es más habitual encontrar espacios sin azulejos. En ellos, además de aplicar una pintura resistente al agua, podemos añadir un plus decorativo con vinilos de textos relacionados al mundo culinario, por ejemplo, recetas o un listado de ingredientes con letras a gran escala.

Nuevamente, los vinilos nos ayudan a ahorrar espacio (y dinero), con marcos de foto que resultan perfectos para destacar nuestras fotografías pegándolas directamente en la pared. También puedes jugar con vinilos decorativos y marcos reales, sin tener necesidad de colocar una obra de arte que te agrade (muchas veces difícil de encontrar), solo basta con pegar un vinilo de flores y sobre él colocar un marco de estilo clásico.

Los vinilos son perfectos para decorar las paredes de una habitación infantil. Coloridos y de divertidos dibujos, pueden ayudar a fomentar el interés de tus niños por el aprendizaje en sus primeros años, por ejemplo aprendiendo a contar.
